lunes, junio 14, 2010
Prosa sin Forma (III)
Será la única de las veces que te rías de algo así. No pienses que las dos mitades de tu cordura penden de un hilo. La una, errática; laguna de cielos místicos, te lleva a creerte en cualquier mirada, que un espejo sos vos. La otra, solvente; envolvente siniestra de la seguridad misma, te lleva a imaginarte en un cuerpo de animal herido, envoltorio de caramelos masticados, dorado en el pecho.
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