domingo, junio 13, 2010

Fantásticamente Humano.

Lo relataba mi abuela y mi abuelo. Aquella historia eran muchas, pero para mí, que era un niño, era una sola. Las historias de sus vidas, esparcidas entre trapos de limpiar y entre periódicos antiguos brotaban como gotas de rocío entre mis ojos sin asombro. Reía como se reía la hiena boba antes de que le achuren el esternón entre las tripas rojas. Saltaba entre los ojos de yegua calma mientras las palabras de los tios cruzaban la habitación repleta de familiares.
Era navidad del año 53.

No hay comentarios.: