lunes, abril 23, 2012

Mi vida alborde


"¿Tengo que romperle los oídos para que escuchen por los ojos?"
F. Nieztche

No tengo perdón. No hace falta gritar para que me escuchen los que no pueden. No hace falta regalarme nada para que saber que estoy acá, callado. No hace falta perdón para no gritar lo que regalo. No es el regalo de la vida lo que necesita ser gritado, ni gritarle a la vida para que escuche mas, ni envolverme el cuerpo con cinta de embajaje para que al final de la encomienda encuentres un grito por respuesta a todo destino. Es imperdonable haber roto un oído antes que el embalaje, porque no se trata del contenido sino de las formas, y las formas son los bordes de las cosas. Si grito al borde de las cosas me caigo o me escucho yo solo, porque no tengo perdón, acá en el borde estamos todos locos, claro. Al borde de las cosas no se le grita porque se rompe. Se regala el paquete sin romper el envoltorio. Se abre cuando volvés. Y no hace falta gritarlo, Federico!:  Se hace tarde y sale tren hacia la frontera. - ¿Venís? No, ya esta acá mi vida.

domingo, abril 22, 2012

Escribir-nada-más

"¿Es culpa del frío que haga frío?"
Anthony Burguess


Si llegué hasta acá, a la suerte de varios otoños mugrosos, es porque quizás tuve intenciones de quedarme en silencio varias primaveras y pude imaginarme un futuro bien sobrio, anudado en la vida. 



Si llegué hasta allá, a la dejadez de un par de anhelos que escupo, es porque quizás he hecho invenciones sin más pretexto que invocar los mundos que vendrán de ahora en más, ataditos a esta espalda.


Si llegué a vivir un instante en los ojos tristes de quién mira atento lo que estoy por decir,  es porque quizás han habido pretextos y textos entre sextos sentidos. O es porque han dormido lentos los mil y un  destinos, que sólo conoce aquel que nunca llega a ningún lado. O es porque he parado mil y un verso sin dejar rastro desde dónde he huido. O porque quizás haya vislumbrado dos palabras huecas y las haya llenado con instantes vacíos, hace ya tanto, que no lo he sentido.



Si llegué a decir lo que no he dicho, repito, no es porque no haya querido saber de donde vino. Ni de dónde parte aquello que ya no es mío. Si llegué a algún destino no lo he visto. Si llegué a decir algo no lo quise, si llegué hasta acá arriba de mi mismo, no es porque haya querido conocerme. O, no se : tal vez sí. Porque ya lo he dicho. Si llegué a decir lo que los ojos me dicen que digo, ya lo habré dicho todo sin escribir nada más que lo que yo  ya he leído :
¿Es culpa de los ojos que la boca sonría?




viernes, abril 20, 2012

Mi vida milonga


"Hay un aromo nacido en la grieta de una piedra (...)
pero hay que (d)ir y fijarse como lo estruja la piedra
(...) eso habían de envidiarle los otros si lo supieran
que no teniendo alegría se hace flores de sus penas."

El aromo, Atahualpa Yupanqui

Hay una poesía que daña. Hay una palabra que cura. Hay una sonrisa que engaña y hay una miseria que ayuda. No se trata de escribir lo que daña para curar la sonrisa, ni se trata de decir las palabras que a penas ayudan. Tengo mi(s) serias dudas  que exista poesía que al final de aquel día te levante los brazos, tengo mis serios rechazos de que cuando engañe al que daña me vuelva un descargo en tono de ira. Tengo la cura del sueño. Tengo la cara de un día. Hay una vida que daña. No hay una rabia que siga, porque a palabra no dicha, canción que termina. Mi vida no rima,  mi vida.

domingo, abril 15, 2012

Hasta los Codos

Todos son iguales. Un codo no es distinto a otro. No es como una mano que palmea o un pie que pisa, ni siquiera es como un brazo que mide la distancia entre un cuerpo y otro. Los codos, los que doblan y redoblan, son todos iguales. A ellos los cubren pullovers finos o camisas a cuadros, y hasta algunos pretenden dejar verse al descoser los dobleces de un género tejido que se angosta sobre tu brazo y descansa en una mesa, mientras tomás un mate o simplemente esperás que tu cabeza pueda levantarse después de agacharla una tarde de cualquier especie, y es el codo de la vida el que te sostiene y no es Atlas ni atalante o mito el que sujeta cuando cabeceás de incógnito y todos iguales los codos no palmean ni te miden ni te pisan, se arremangan y sostienen lo que de un momento a otro ya se ha caído; mi vida.

viernes, abril 13, 2012

Voz en silencio

«Porque tiene derecho al grito.
Entonces yo grito.
Grito puro que no pide limosna»
Clarice Lispector, La hora de la estrella.



Vos sos un silencio. Yo soy un abrigo sucio. La otra cara de los días son las humedades bajo los ojos. Te diría que hay para decir muchas palabras, pero es una mentira. Yo soy un silencio y vos son un abrigo. A falta de soles buenos son los llantos, porque además de salir de fuga por tus narices y verse acomodados en nuestros dedos, los llantos brillan un poco cuando los miman los que saben. Vos sabés de mimar llantos y yo sé de lo que lloro. Porque no hace falta abrir los otros para romper el cuerpo o tajear la noche para hacerla desamparo. Vos es el silencio y te respeto, yo soy el llanto y te acompaño.


martes, abril 10, 2012

Abrir los rotos

Era insoportable escuchar el ruidito. Se convertía en pedazo de aire que brotaba hasta mi oreja cuando apagaba la luz y daba vuelta la cabeza y miraba hacia el otro lado y no se trataba de cualquier insecto ni yo ni ella ni era desesperante saber que una vez amanecido pasaría mas tiempo rascandome que recocordando el zumbido de mi muerte

Qué escribir

Estoy escribiendo para que oigan los que miran fijo. Resumo trizas de repente para que huelan los miopes de la boca. Fricciono los contornos en colores con el pequeño fin de que vuelvan los que se han ido a quien sabe que sonido. En esas tres acciones hay una esperanza, quizás la única que entiendo, de que al fin revuelvas esta basura de colores que te devuelve a tus casas, te deposita en tus vidas, te revuelve la lágrima y suele encontrarte sin coraza una mañana en forma de pregunta.

viernes, abril 06, 2012

Yacimiento


Un nacimiento es nacer al sol, desnudo o desnuda con los huesos frágiles pero no irrompibles
Un yacimiento es yacer al sol, desnudo o desnuda los huesos rotos apelmazados hijos de tanta historia.
No soy hoy la pala que levantahuesos ni el desnudo que los deja ver,
Ni siquiera soy el que nace y se parte de risa y de llanto y se retuerce, fragil de lo que lo toca.
Soy ese o esa que quiere que seas un hueso inencontranble en yacimiento, infracturable en nacimiento, impracticable en sentimiento, indescifrable en documentos.
No soy el que excavará ninguno de los canales, no hay parto ni cuadrícula, ni forceps ni pincita ni pincel de cerdas gruesas que sirva para yacer hoy desnudo al sol y ser yo el que nace sólo solo en esta niebla llamada siesta