Cerrá el reloj. Amenaza tu voz, con llegar hasta el último grito. Regresarás al final del desvelo y brillarás cuando sangre esa herida. Despertarás y mirarás tus manos, hasta que llegue ese dia.
Sabrás después, arrodillarte y porque no, seguir con el juego de siempre y así no esuchar la canción de esta cuna encendida : siempre la voz de la vida prohibida. Desperatarás cuando escuches en sueños (y) vas a nacer cuando puedas dormirte. Vas a nacer cuando puedas dormirte.
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