De la contemplación al hartazgo en un solo tranco.
De la búsqueda al desencuentro en dos santi-aménes.
Del letargo al olvido en una transición sin risa.
De querer todo a no querer nada en dos patadas
De olvidarse a ser olvidada en un segundo.
De quererse a ser querida en un principio, sólo la lejanía te hace mas pura, indeleble irreal. Solo el conflicto te hace mas humana mas viva, mas cuerda. La distancia te enloquece por irreal. La locura no siempre es el desamor de nosotras, a veces se rie de quien la mira como una ruta lejana que no llega.
Cuando el micro se detuvo, y la madrugada y el desafío y el vacío de la novedad de la madrugada de escarchas y despoblado, y el cartel nombraba un destino de dos palabras. Entonces Olivia llegaba.
Y era humana,
Había dejado de serlo. La distancia asi lo hizo.
De tenerse a no tenerse en un acelere.
Es tal vez un cristal partido la vida que hay qye recoger de a trozos antes de que valgan ellos menos que nosotros. Porque nosotros rompemos cristales para saber cuanto valen, y después tenemos toda la vida para ver que haremos con ellos.
Su bolso, su amiga, un departamento vacío en el medio de la distancia. Asi lo quiso. Asi lo quiere. Asi.
Que asi sea, entonces un Santi-Amén
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