lunes, marzo 12, 2012

La otra vejez

Este territorio es bien antiguo, lo pueblan osamentas recubiertas de moho recalcitrante. Por encima de ellas, y también por debajo, entre pastos que por los años entran en ciclo de secarse y reverdecer, se secan y reverdecen ellos, los pastos de este territorio llamado pampa, estepa o soledad; de acuerdo a quien lo mire. Este territorio es bien antiguo, lo viven poblando pisadas de mártires presas que correteando en silente recuerdo ahora veo pasar como si fueran mi vida. Porque, claro, desde acá abajo, retumba y reverbera todo un poco mas, y una escena de caza de quimeras andantes perseguidas por bucefalos de caras triples y dentaduras con olor a hierro hijo del óxido; chorreante y medieval; parece repetirse con el paso de los siglos cuando de pronto hay lanzas o bolas con manija que se clavan en tierra luego de maniatar bestias aladas que no vuelan, monstruos hijos de los reptiles mas antiguos que me han poblado. En otra escena reciente son las pisadas de bestias metálicas, barbadas y sucias, que se comunican con la lengua antigua de mares lejanos y que piden, ante no se que deidad porque aqui la única soy yo, sumisión. Y ellos, cazadores antiguos tanto como este territorio que ahora habla por boca de entierro, porque lo han pisado miles de años y aún, es joven, este territorio, que es bien antiguo.


...este escritor de blogs subterraneos, se ha dado cuenta hoy, revisando los requisitos de certámen literario, que hace tiempo que ha dejado de ser jóven; estas ficciones de tierra adentro, me dejan ver que antiguedad y juventud son dos estados compatibles que se niegan a perecer...

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