Jirones de reseñas de otras vidas. Magnolias y costumbres de oler el tiempo como si fuera mio. A veces los instantes son demasiados como para lograr ser uno. Y es entonces cuando quiero tenerlos todos juntos en un ramillete de cordura, un piolín finito los apura a unirse todos juntos y son ellos los que me tienen seguro de que nunca habrá instanste igual.
Advertir el instante preciso ocurre en desvelos de ojos. Cuando nadie ya te mira, podes mirar en paz detrás de la costumbre y entender que cualquier instante que a retazos desnudes como jirones de otras vidas, es uno de esos que te acompanará siempre. Pasado el perfume del tiempo, vendrán otros. Que alguna vez serán agua para beber lo que se ha sido.
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