jueves, junio 30, 2005

rascacielos

Una disculpa que huele a escalofríos.
Ademán de locura entre un ojo y otro.
Pestañea mientras masca un tango
Enciende un pucho, martilla el frío.

Desde la punta de un rascacielos,
una cabeza pegada al cuerpo
amenaza con matarse, con tirarse.
Una cabeza pegada al cuerp frío.

¿La amenaza es el pasado del temor
o el futuro de la desgracia?
No arrasa con tanto esperma aquel
objeto entre las piernas.

Tiñe el paisaje una nube de negro.
Ya no hay plaza en la ciudad
que te resgurde del recuerdo.
No hay techo que te separe de la lluvia.
Ni eco que no desvista tus ojeras.

Detras de tus orejas se quedó el grito
Te pido disculpas,
Una cabeza pegada al cuerpo frío.
Un rascacielos que da escalofríos.

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