"Hay un aromo nacido en la grieta de una piedra (...)
pero hay que (d)ir y fijarse como lo estruja la piedra
(...) eso habían de envidiarle los otros si lo supieran
que no teniendo alegría se hace flores de sus penas."
El aromo, Atahualpa Yupanqui
Hay una poesía que daña. Hay una palabra que cura. Hay una
sonrisa que engaña y hay una miseria que ayuda. No se trata de escribir lo que
daña para curar la sonrisa, ni se trata de decir las palabras que a penas
ayudan. Tengo mi(s) serias dudas que
exista poesía que al final de aquel día te levante los brazos, tengo mis serios
rechazos de que cuando engañe al que daña me vuelva un descargo en tono de ira.
Tengo la cura del sueño. Tengo la cara de un día. Hay una vida que daña. No hay
una rabia que siga, porque a palabra no dicha, canción que termina. Mi vida no
rima, mi vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario