martes, septiembre 07, 2010

Pelota de atrapos

Juega con la trompa sucia y tras el zapatazo con el empeine mordido, le rebota la bola mansa sobre la rodilla y después de picar entre el barro y la tierra, va a dar a las manos del pibe que asustado y con la fe de no creer que lo que tiene en la mano hace dos segundos estaba en aire, y con el corazón que le late bien fuerte, se arroja al piso embarrado y retiene el instante entre los dedos. Para que agarrar lo inasible, barroso, espeso y preciado dure al menos un poquito más

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