Una guía Filcar toda
mamarracheada le indicó que ése cuadradito relleno era una plaza. La avenida se
veía geométricamente dispuesta, terminando en ventanitas que se asemejaban a
ladrillos a la vista. La geografía del cielo no puede ser descrita con líneas
rectas. Se sentó y observó que la luna todavía no se había ido o que recién
había llegado. Era la tarde que le seguía a una mañana común y corriente. Había
caminado horas sin decir una palabra. Atravesó parques, glorietas y puentes.
Redescubrió pasajes, arboledas y pasos a nivel. Cada trazo de la hoja era volver a dibujarse. Cada huella que se perdía era garabatear y dar de nuevo. La geografía de mi tierra no puede ser entendida en una hoja. Necesito toda una vida para escribirla.
Redescubrió pasajes, arboledas y pasos a nivel. Cada trazo de la hoja era volver a dibujarse. Cada huella que se perdía era garabatear y dar de nuevo. La geografía de mi tierra no puede ser entendida en una hoja. Necesito toda una vida para escribirla.
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