«Ni siquiera durante los últimos meses de
mamá cambiaron las costumbres, aunque poca
importancia tuvieran ya.»
La salud de los enfermos, Julio Cortázar.
Huele el repugnante aroma a la
carne cruda a punto de pudrirse. Huele bien, hay que dejar que se te escape ni
una gota de aire por orificios que no sean tus narices. Huélelo bien y disfrútalo. Si en algún momento de
debilidad, o de distracción, sobrevienen las náuseas, no vomites. Huelelo bien
por todo hueco que se precie.
Así olerás cuando nada más te
importe.
2 comentarios:
Fuerte, esto me gusta y lo sabés.
Sangre que sangra. Ud. no escribió, golpeó. Sirve y mucho.
Gracias Eva por dejar tu sangre en unas letras, tu sinceridad en una frase y la paliza en una rima disonante.
Que sirva y que no se pudra.
Salù.
Arrabal
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