martes, mayo 01, 2012

Hiede



«Ni siquiera durante los últimos meses de mamá  cambiaron las costumbres, aunque poca importancia tuvieran ya.»
La salud de los enfermos, Julio Cortázar.



Huele el repugnante aroma a la carne cruda a punto de pudrirse. Huele bien, hay que dejar que se te escape ni una gota de aire por orificios que no sean tus narices. Huélelo  bien y disfrútalo. Si en algún momento de debilidad, o de distracción, sobrevienen las náuseas, no vomites. Huelelo bien por todo hueco que se precie.
Así olerás cuando nada más te importe.

2 comentarios:

Eva dijo...

Fuerte, esto me gusta y lo sabés.
Sangre que sangra. Ud. no escribió, golpeó. Sirve y mucho.

Luc Arrabal dijo...

Gracias Eva por dejar tu sangre en unas letras, tu sinceridad en una frase y la paliza en una rima disonante.
Que sirva y que no se pudra.
Salù.
Arrabal