miércoles, abril 21, 2010

Orina

Sale de su alrededor nefasto, como quien despierta de la pesadilla de su vida. Relojea impávido el silencio con olor a engaño y percibe que detrás del segundo mate lavado que se tomó esa mañana, hay una esperanza. Nadie se lo dice. Los que allí esperan, con él, no han dicho nada. Da unas vueltas a la calesita de sus palabras, sonrisa desnuda, dentadura de guerra. Orina como puede en la letrina de siempre, casi dormido.  Existe porque existen los otros, los que lo miran mear. Nada mas que por eso. A veces se olvida, se orina encima, a si mismo, su propia letrina.

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