miércoles, abril 21, 2010

La sensación de sanción

Secreto de por medio, la niña de ojos celestes dijo su nombre una vez. Una solita vez en voz alta y de pito, ante los pequeños compañeritos que la escuchaban. Todos miraron al frente. Salvo un niño, detras de ella, que le acerco la boca al oido, susurró en silencio, dos palabras fundidas en un beso y en una mordida. Una sola lágrima salío por el ojo derecho de la niña, que cerrando los ojos, seguía sonriendo.

3 comentarios:

Yahán Nabih dijo...

Las posibilidades (o posibles historias) que uno imagina. ¿La sonrisa fue visible para el niño?

¡Luciano, cómo no habría de acordarme de ti! Qué gusto tener noticias tuyas y leerte un poco.
Te mando un abrazo muy grande.

Luc Arrabal dijo...

Yahán.
Sorpresa!! De veras. ¿Sigues tu por Mex o te has ido a la Europa? Los otros días me acordaba de esa lluvia de chingada en la nosequeplatze.
hablando del cuento, gracias por pasarte. Te contesto...(pero es inutil obtener algo bueno)
No me lo puse a pensar. Asi como no me puse a pensar que nombre dijo, ni que palabras susurradas fueron las que se fundieron.
No el niño no se enteró de nada...
Era como una amenaza. Tampoco quería entererse ni quería generar eso, creo.
No se. Me enredé.
Bueno chaparra, cuidate.
Un abrazo desde Buenos Aires.

Luc Arrabal dijo...

Yahán.
Sorpresa!! De veras. ¿Sigues tu por Mex o te has ido a la Europa? Los otros días me acordaba de esa lluvia de chingada en la nosequeplatze.
hablando del cuento, gracias por pasarte. Te contesto...(pero es inutil obtener algo bueno)
No me lo puse a pensar. Asi como no me puse a pensar que nombre dijo, ni que palabras susurradas fueron las que se fundieron.
No el niño no se enteró de nada...
Era como una amenaza. Tampoco quería entererse ni quería generar eso, creo.
No se. Me enredé.
Bueno chaparra, cuidate.
Un abrazo desde Buenos Aires.