jueves, julio 21, 2005

No conozco su nombre, sin embargo puedo oirla,
ni conozco su risa, aunque percibo su alegría.
Me ato a su fantasía, sin saber de sus fantasmas
no sólo me desazna aquella flor en la vía,
también los pasos que no caminan, la voz que no perfila.

Lo que conozco, parece que no puedo decirlo,
no porque decirlo sea desconocerlo,
ni porque hacerlo en dicho sea perderlo.
Enunciarlo es arriesgarse a que no sea
apostar al error, a la tragedia.

4 comentarios:

Enigma dijo...

Pero cersiorate siempre de que al apostar, sea a ganar.

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

Luc Arrabal dijo...

enigma:
gracias por leerme y escribirme.
ojalá existiera ese mecanismo infalible que permita cersiorarse fidedignamente acerca de la posibilidad de la victoria al relizar una apuesta. Lamentablemente ese mecanismo se ve diluido en parte por el sabor y por el gusto, y por el disgusto, de la derrota.
espero que vuelvas, serás siempre bienvenido.
saludos desde baires.

Anónimo dijo...

Wow, es intenso este post.
Felicidades por tus letras

Luc Arrabal dijo...

roncha gracias siempre por pasar y dejar la impronta de la retina sobre la pantalla...