Arriba, justo detrás del armario, justito allí arriba, detrás de aquella caja color encierro, justito al costado de ese jarron que no tiene flores en su interior, precisamente por delante de aquella pila de libros, justo al borde del estante, me encontré con esto. Lo tomo con las dos manos, lo huelo. Tiene el olor de la vejez.
No se de que se trata. Encontrarlo es empezar a conocerlo.
2 comentarios:
Así es a veces, los objetos e incluso las personas tienen algo conocido, algo intangible que invita a la búsqueda de la memoria y el recuerdo.
Un abrazo Luciano Arrabal
Gracias merce por la constante lectura y el comentario agudo y filoso.
un abrazo desde aca.
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