jueves, marzo 02, 2006

tres gritos para un solo de cuero

Tamba, tamba, tamba, tamba,
tamba del negro que tumba;
tumba del negro, caramba,
caramba, que el negro tumba:
¡yamba, yambó, yambambé
de "Canto Negro", Nicolás Guillén.
Duelen las manos. Más, aún mas duele el parche. No se bien que cuero es el que le pega a quien, todavía no se si la música sale por detras de mis oídos o si sólamente la tengo en mi mente. Duelen porque hay un canto que no esta dicho, hay una estrofa callada. Duelen porque pegan donde no duele, y al único que le duele es al que pega, porque la palma del parche arde talvez mas que la palma de la mano. ¿Alguien le preguntó al parche si le duele o no? Alguien sabe de ese dolor.
Al parche le dolió todo de una vez cualdo ese animal gritó todos los gritos juntos por última vez. ¿Quién dijo que el cuero ese esta muerto? El dolor del aln imal lo siente ahora esa mano, de a poco, hasta darse cuenta que lo que duele no es la mano, que el dolor está en otro lado.

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