Florece una vez y entonces no ha sido mas que desplegar hojas coloreadas al viento y dispersar el perfume a favor de la corriente.
Florece otra vez y es el ritual de sentirse extrañado de que aquello que sucede ya ha sucedido, los pétalos el aroma y la corriente.
Florece siempre, cada vez que puede y ya no es ritual ni sorpresa ni vigilia de anhelos. Ha nacido para florecer y así habrá muerto. `
Ni su propio perfume huele ya.
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