No existe el desacierto, ni la lágrima
si es que después de un tren espera
su mágica mirada y suena a dádiva
su esperanza y su cosecha.
Anden de ojos oscuros, y trenes blancos
y bolsas solas sin relleno mas que trapos
diario rezo entre un pasaje y otro
dos caminos te llegaron pronto.
Y si de una primavera se te escapa la sonrisa
ya no le escuches solo dejala caer
dentro del vagon, dentro del tren
Porque no suena un silbato entre viajes
como no llega él a su destino sin
una bolsa blanca sin andén.
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